Sobre los datos/resultados de las “Pruebas Aprender 2021”, publicados en diferentes medios de comunicación del país, expresamos:

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“Es necesario que la evaluación deje de utilizarse como instrumento de clasificación o comparación de los/as estudiantes. La evaluación debe ser para favorecer el aprendizaje de los/as estudiantes, ayudándoles a identificar las necesidades y dificultades del propio proceso y cómo mejorarlo.

Asimismo, es necesario que la evaluación sirva al propio docente para replantearse la propia práctica, viendo qué aspectos de su enseñanza es necesario mejorar (…). Es necesario que tenga en cuenta a todos los y las estudiantes, valorando sus diferencias individuales y convirtiéndolas en potencialidades para su aprendizaje. (…) Que mida el avance real de cada estudiante (…) es necesario conocer su punto de partida, hasta dónde ha llegado y en qué condiciones. Esa valoración supone comprender el progreso real de cada estudiante”. (Enfoques fundamentales de la evaluación de estudiantes para la justicia social, Murillo F. e Hidalgo N, Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, 2015, 8 (I), 13-61)

Con respecto a los últimos resultados de la evaluación de saberes enmarcada en las Pruebas Aprender 2021 y según el nivel socioeconómico de lxs estudiantes se pudo apreciar la relevancia de este factor en el aprendizaje. Jaime Percyk dijo que revertir la situación “lleva mucho tiempo, mucho trabajo, mucha inversión” y estimó que el tiempo para recuperar los aprendizajes “no baja de los tres años” y destacó la “importancia de mejorar las condiciones socioeconómicas de cada estudiante, el nivel educativo de la familia, extender el calendario escolar con más días y horas de clase, y facilitar la cercanía con materiales educativos y el acceso a nuevas tecnologías”.

Ante lo anteriormente expuesto, en primer lugar NOS OPONEMOS a estas “pruebas”, principalmente porque se trata de un operativo que concibe a la evaluación como un fin en sí mismo y como un mecanismo punitivo, que reduce la participación de la docencia a meros aplicadores y de cada estudiante a simples objetos de estudio. Corre el eje del trabajo pedagógico demandando otros tiempos para asumir responsabilidades y tareas ajenas al propio trabajo docente, antes, durante y después de la aplicación de un operativo construido sin la participación de lxs docentes.

Este instrumento reduce los contenidos de los exámenes a dos áreas, Lengua y Matemática, donde además, la evaluación es “censal”, dejando entreabierta la puerta para una “prueba de acreditación”.

En segundo lugar, y no menos relevante, debemos tener como prioridad la perspectiva en derechos que plantea la justicia educativa y que depende, indudablemente, de lo que sucede fuera de la escuela: la estructura social, el acceso al trabajo, las condiciones de vida de las familias, la infraestructura de servicios (agua, cloacas, electricidad, etc.) y la atención de la salud, sumado al impacto de la pandemia en la vida cotidiana, laboral, familiar, personal y las políticas sociales, económicas, educativas que debe promover indefectiblemente el Estado, tanto a nivel nacional como provincial , entre otras.

En consecuencia, se debe contemplar la complejidad de la realidad por la que transitan las infancias, adolescencias y sus familias y la marcada amplitud de las desigualdades en el acceso a estas dimensiones del bienestar que impactó, e impacta, seriamente en las posibilidades de construcción de la justicia educativa. Ello lleva a pensar sobre la desigualdad social y la desigualdad educativa, implica abordar la mirada existente sobre la pobreza y la violencia estructural que condiciona fuertemente a lxs niñxs, adolescentes, jóvenes y adultxs que habitan las instituciones educativas o bien a aquellxs que están en sus márgenes sobre todo luego de una pandemia que arrasó en el mundo.

Por ello, y basados en la mirada constructivista es que reafirmamos conceptualmente a la evaluación como un proceso de formación, ya que es una parte constitutiva de la planificación y su función principal debe ser pedagógica dado que sus resultados posibilitan al/la docente orientar o reorientar su propuesta de enseñanza y contribuir, con ello, a mejorar los logros de lxs estudiantes. Evaluar los aprendizajes de lxs educandxs con sus propias producciones, evidenciar sus logros y también trabajar en aquello que resulte necesario. Estas instancias fortalecen la toma de conciencia de cada aprendiente sobre sus propios aprendizajes en un continuo proceso de retroalimentación individual y colectiva. Al/la docente, por su parte, le permite identificar si su propuesta atendió la complejidad en relación a las diferencias y poder realizar una revisión crítica en la que pueda estudiar el desarrollo y objetivos planteados por el/la misma/o.

La evaluación debe dar oportunidades de mostrar los saberes de maneras variadas de modo que todxs lxs estudiantes puedan hacerla cada unx a su tiempo. Esto se infiere al saber que cada alumnx tiene un estilo particular de aprendizaje y que posee saberes previos como punto de partida. Hoy esta mirada debe estar muy bien enfocada contemplando la heterogeneidad que como característica tiene la población estudiantil y en el sentido amplio del concepto. Esto es entendiéndola en términos de condiciones sociales, culturales, de proceso, etc.

Entendemos que en esta complejidad la evaluación excede a la calificación centrada en los errores, en lo que “no aprendió”, y que no necesariamente necesita de ella para comunicar la síntesis parcial de un proceso alcanzado, mediante el enorme esfuerzo que realiza cada sujetx para seguir aprendiendo y enseñando, y de esta manera poder acompañar y contener a lxs niñxs, adolescentes, jóvenes y adultxs. Sostenemos, además, que debemos mirar la trayectoria educativa y planificar para lograr intensificar los procesos pedagógicos garantizando saberes, brindando retroalimentación, ofreciendo devoluciones y orientaciones, considerando la evaluación como “instancias de aprendizajes”.

Por lo expuesto, desde #aten y la Vocalía Gremial en representación docente reiteramos el respaldo a la construcción situada de los proyectos pedagógicos educativos y rechazamos la desvalorización del trabajo docente y reiteramos la exigencia de Escuelas en condiciones dignas para enseñar y aprender.

Fany Mansilla
Vocal Gremial Nivel Primario, Inicial y Adultxs

Cristian Lermanda
Secretario de nivel primario de #aten