Hace tiempo se viene instalando discursos sobre la educación socio-emocional y la gestión de las emociones. Desde ese enfoque se interpreta que el conflicto en las relaciones interpersonales tiene un origen Individual; de ahí vienen los términos de : GESTIONAR, REGULAR, AUTOCONTROLAR, «DOMINAR», «AUTOOBSERVAR». Las emociones son clasificadas hasta por colores y asociadas a conductas y a cada una de ellas le corresponde una «receta mágica» descontextualizada que hace que esa emoción que se escapó, vuelva a su lugar, como si fuera posible ordenar, clasificar y gestionar lo que unx siente con sólo una forma sugerida de respiración. Busca crear «climas positivos» que garanticen mejores resultados, desde una condición individual

La Educación Sexual Integral, en cambio, tiene una mirada integral sobre la persona, nos invita a pensar la afectividad desde el paradigma de la convivencia y el Respeto por los DERECHOS. Entiende a los conflictos como intrínseco a las relaciones humanas y atiende a las situaciones disruptivas, busca crear espacios de comprensión y reflexión en un mundo convulsionado.

Trabajar dentro de cualquier institución educativa en contacto con infancias y adolescencias es trabajar constantemente con la afectividad, pero entendemos que las emociones son producto de las relaciones sociales, en determinados contextos socioeconómicos, con estructuras de poder y género que es necesario analizar.

Las escuelas como cajas de resonancia de ese contexto son el lugar donde se expresan emociones como miedo, vergüenza, enojo, angustia, asco, entre otras.

Como educadores sabemos que pueden transformarse en barreras, pero encasillar esos sentires y «guardarlos» no sólo no soluciona las problemáticas, sino que también impide que podamos fortalecer el vínculo pedagógico necesario para alojarlas, deshumaniza el vínculo estudiante-docentes-comunidad e impide buscar una solución de manera SITUADA.

La ESI sigue siendo la respuesta pedagógica y nuestra trinchera en tiempos de crueldad. Menos de Gestionar y más de CUIDAR es lo que hace falta, una escuela que aloje y acompañe.

Desde aten y las Vocalías rechazamos el proyecto presentado en la Legislatura de la Provincia y reafirmamos nuestro compromiso irrenunciable en defensa de la ESI.

Asimismo, como lo viene denunciando la CTERA y la Internacional de la Educación, la Educación Emocional no es un invento local, sino que responde a Postulados Internacionales de Organismos como El Banco Mundial y bajo la falsa premisa de creer que es posible que las emociones sean enseñadas y clasificadas, se busca el CONTROL, ADIESTRAMIENTO Y ENTRENAMIENTO de las mismas, siendo, además, la misma lógica utilizada por grupos empresariales con sus empleadxs.

No nos distraemos. Llevamos la bandera de defensa de la ESI en cada acción cotidiana; seguimos defendiendo y construyendo una educación que nos permita, desde la Pedagogía del Concepto, desde Pedagogías Emancipatorias, una escuela en clave de derecho social, para hacer de este mundo, un lugar en el que quepan todos los mundos.

La Escuela Pública enseña, resiste y sueña.

aten

Vocalías Gremiales